Una reflexión que me ha venido en el sufrimiento que se pasa en el dentista, y es, la importancia de la vocación. En uno de los libros que estoy leyendo, específicamente en “El Manantial de Esperanza” de Timothy Radcliffe, hay un apartado que habla sobre este tema titulado ¿Dónde han ido a parar las vocaciones?. En el habla que en un mundo globalizado como el nuestro el sentido de pertenecía de una profesión se ha perdido, el sentido que le da la profesión a la vida de una persona:
“Las universidades, las profesiones médicas y jurídicas, los sindicatos, las iglesias, la prensa, diversos oficios… todas esas instituciones ofrecían a la gente no sólo una manera de ganarse la vida, sino un camino para ser persona, un sentido de vocación. Ser músico, abogado, maestro, enfermero, carpintero, fontanero, granjero, sacerdote, etc., no sólo significaba tener un trabajo, era ser alguien; […]. Lo que hemos visto en los últimos años es el corrosivo efecto de un nuevo y más simple modelo de sociedad, según el cual nos hemos encontrado todos a nosotros mismos siendo miembros de un mercado global, comprando y vendiendo, siendo comprados y vendidos.”
Hemos permitido que la profesión que desempeñaremos el resto de nuestras vidas siga la ley de la oferta y la demanda. Lo triste, los jóvenes en el momento de elegir sus carreras se dejan llevar por esta ley, viendo más las expectativas de futuro, el dinero y la estabilidad que les puedan dar sus trabajos, más que si disfrutan o no desempeñando esta labor. Nicolás Boyle, filósofo inglés, escribió: “ya no hay más vocaciones para nadie; la sociedad ya no está compuesta por personas que consagran su vida en tal o en cual dirección particular, sino por funciones que deben ser desempeñadas sólo mientras exista un deseo que satisfacer” (“Understanding Tatcherism”, New Blackfriars). Todo lo que nos está quedando en esta sociedad es una relación entre el consumidor y el mercado. ¿Cuál es el problema de esto?, si la profesión que hemos elegido guiados por esta oferta de mercado no nos llena, entonces podemos caer en problemas que serán detonantes en el futuro de nuestras vidas, hablamos de depresión, desánimo, estrés, etc. Es por esto, por lo que la reflexión de hoy habla de este tema, la vocación, debido al gran testimonio que me ha tocado ver.
El testimonio es sobre la experiencia de una persona que realmente ha estudiado y está desarrollando la profesión que quería, para la que ha nacido, o dicho de otro modo vive su vocación. En el dentista, la verdad que se puede pasar un poco mal, todo aquel que ha ido al dentista lo sabe, pues bien, yo soy una persona que teme ir al dentista, pero por obligación he tenido que ir. He podido ver, como la dentista, ha disfrutado con su trabajo, haciendo en mí, su paciente, estar tranquilo y sentirme cuidado en una situación que puede ser, en ocasiones, violenta. Pequeños detalles como, poner música para relajarte, cuidar los detalles en el tratamiento, más anestesia porque dolía muchísimo, hablaba de manera que el “por favor” y el “gracias” siempre estaba en sus frases, y así mil cosas más. En estos detalles en que uno se da cuenta que es una persona que no trabaja por obligación, sino más es su vocación. En cada momento transmitía seguridad y a la ves preocupación por lo que hacía, el tiempo poco importaba, y lo que si era verdaderamente importante que la persona que estaba atendiendo estuviera bien, que el trabajo que desempeñaba estuviera de acuerdo con lo que ella soñaba, no si estaba bien o mal, es que ella ha soñado el resultado de su trabajo.
El testimonio que me ha dado, sin saberlo esta dentista ha sido gratificante y me ha hecho pensar si lo que hago es realmente lo que me gusta, es mi vocación. La verdad, he llegado a la conclusión que, si lo es, y doy gracias a Dios por ello, ya que he podido hacer de mi profesión mi vocación y además mi misión. Es por esto por lo que estoy agradecido de poder ser quien soy, poder seguir estudiando y ya casi acabando una tesis doctoral, que en muchas oportunidades he querido dejar, pero que siempre estaba esa ilusión y esa luz de que es lo que realmente me gusta, estudiar. Espero que al momento de decidir lo que queréis estudiar o donde trabajar tomen en cuenta esto, que lo más importante no es ganar dinero, eso siempre vendrá; o satisfacer una oferta de mercado, si lo que realmente han hecho, es estudiar lo que les apasiona y les hace feliz, que han estudiado para desarrollar su vocación. Recuerda que si te ha gustado le puedes dar a “me gusta” o comentar si te interesó el tema o te interesa algún tema en especial. Me puedes seguir en Facebook, Instagram, YouTube y ¡¡Hasta la próxima!!
Me gustó lo que escribiste. Quiero mucho al chico que cuida de mis dientes, y no tanto al ginecologo que es bueno pero muy seco en su comunicación. La comunicación horizontal y el cuidado de las emociones dan cuenta de nuestra interés por lo que hacemos en función de otros. Te mando un abrazo.
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muchas gracias. Verdaderamente la importancia del trato en las profesiones tan delicadas como las que mencionas es fundamental. En esos detalles denota si la persona es feliz o no con lo que hace… gracias por leerme
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También echo en falta la figura del aprendiz, aquel que probaba los primeros pasos en el oficio.
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Gracias por la recomendación… tengo otra reflexión que habla sobre el maestro y su aprendiz, pero aún no la tengo publicada
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Ok, pues aquí estaremos pendientes de leerla.
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Muy bueno el articulo
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Muchas gracias!!!!
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Todos, cualquiera que sea su profesión, deberían atender a las personas como les gustaría que le atendieran a él. Seguro que todos ganaríamos.
Un saludo
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Efectivamente, y si es para lo que hemos nacido, si es nuestra vocación, se hace todo mucho más fácil.
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Magnífico análisis.
Te felicito a ti y a tu dentista por sus cuidados.
Una gran parte de ellos se han vendido al dinero y los pacientes a la tontería…Y de una tontería a otra, ahora sobra un tercio de ellos y gracias al flúor, faltan dos tercios de los pacientes de antes…¡Afortunadamente!
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Muchas gracias!!!!
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Muy buen comentario y mucha verdad hay entre sus líneas, pero también es cierto que muchos luchan por hacerse un hueco en el mundo laboral y debido a la situación, no les es posible realizar el trabajo que soñaban y tienen que realizar otros que los dan de comer. Hay veces que no es una cuestión de vocación, sino de verse obligado a hacer algo que no te gusta. Es una pena, pero es una realidad.
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Tienes razón, pero tampoco nos debemos rendir al desánimo y a dejar de luchar, muchas veces también es una cuestión de motivación y perseverancia, aunque no te niego que en la sociedad actual cada vez es más difícil, pero tampoco tenemos que perder antes de comenzar. Gracias por tu aportación
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Rendirnos…. ¿Qué es eso? jejejjeje eso nunca, por eso he escrito esto como protesta a esta sociedad para intentar cambiar lo que no nos gusta. Muchas gracias por comentar.
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enlightenment….!
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Thank you
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Nice post! Thanks for the visit, like and follow.
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Thank you very much and welcome
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Muy buena reflexión, que nos hace meditar sobre nuestra vocación!
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Muchas gracias!!!
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